El nombre de la piedra granate deriva del latín «granum», que significa «grano», por su forma redondeada y también porque recuerda a las semillas de la granada.
Suele ser de color rojo, aunque también los hay con matices verdes, amarillos, naranja y tierra.
El granate es sólido y resistente, excelente para utilizar en joyería. Además, al ser gemas muy limpias, se pueden cortar de distintas maneras.
Muchos descubridores y viajeros los han utilizado durante siglos como piedras protectoras, porque se creía que iluminaban la noche y evitaban a su portador cualquier tipo de mal.
Los persas lo utilizaban como amuleto, llamándolo «león granate», porque consideraban que era la sangre petrificada de un dios, otorgando a su portador la invulnerabilidad.
También se ha asegurado durante siglos que tiene propiedades curativas poniendo la piedra en contacto con la piel en la parte problemática del cuerpo.
Por último, es la piedra natal de los nacidos en Enero, y en la tabla zodiacal, está asignada al signo Acuario, asociado a los planetas Marte, Mercurio y Plutón.